No es que la masonería haya sentado cabeza (a pesar de sus virtudes sigue siendo, como toda institución humana, una incorregible jaula de grillos). Es el título de la espléndida exposición que alberga estos días el Musée du Compagnonnage de la muy masónica ciudad francesa de Tours.
Dedicada a la obra magna de Giacomo Barrozzi de Vignola, las Reglas para los cinco órdenes de la arquitectura, exhibe y comenta dibujos, grabados y ediciones antiguas de este clásico de los tratados arquitectónicos.
Vignola, sucesor de Miguel Ángel en la construcción de San Pedro de Roma, dejó su huella en Francia en obras como los jardines del castillo de Fontainebleau. La exposición subraya la influencia de su tratado en los masones operativos.
Jean-Michel Mathonière ha escrito una excelente reseña en compagnonnage.info.
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