viernes, 4 de julio de 2008

GRAN MAESTRO O GRAN MAESTRE

R:.H:. Claudio Torres Chávez
V:.M:.
R:.L:.S:. Parthenon No. 04
Valle de Lima
Oriente del PERU
Como sabemos, en 1717 nace la Federación de Logias nombrándose un Jefe sobre el cual no había otro superior. Esta tradición la observamos y este Jefe es elegido democráticamente entre los Maestros Masones.
Refiriéndonos a la semántica, valor de las palabras, es justo pensar que si el Jefe es un Maestro y sobre él no hay otra autoridad, no puede ser calificado de Maestre, porque tal título se daba a un cargo secundario o subordinado como era el encargado de los planes de guerra y que en la actualidad ha sido reemplazado por el Estado Mayor.
En la antigua Roma, se daba el título de Maestre a varios Magistrados u Oficiales de la Corte Imperial; también se usaba en los tiempos romanos para nominar al Primer Jefe de la Caballería; y, en tiempo de Constantino, Maestre eran los Jefes de la Infantería y de la Caballería.
En la época del renacimiento adquirió verdadero carácter militar.
En 1536, Carlos V dictó el primer documento ordenando que el Ejército Italiano tuviera cuatro Maestres.
En el siglo XVII había Maestres en los tercios de Lombardía, Nápoles, Sicilia, Cerdeña y Flandes.
Alemania y Francia lo copiaron de España. En 1788 desapareció.
En los tiempos medievales se daba título de Maestre de Campo a lo que hoy llamamos Jefe de Estado Mayor General.
En cambio, la palabra Maestro, del latín Magister, Jefe o Director, se aplica para designar al que enseña una ciencia, arte y oficio; al que tiene título para hacerlo; al que tiene práctica en una materia y la maneja con desembarazo; también se dice "Obra Maestra" a la de relevante mérito entre las de su clase.
En consecuencia, al Jefe del Simbolismo Masónico no puede llamársele Maestre sino Maestro, y para diferenciarlo de los demás Maestros, dada su alta investidura, debemos aplicar el apócope del Grande. Por tanto, lo correcto es nominarlo Gran Maestro.

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