
«¿Queda alguien fuera del Templo, hermano vigilante primero?». «No, venerable maestro, no queda nadie». Después de esta comprobación comenzó la asamblea en la que Luis Montes se dirigió a los presentes guardando escrupulosamente el protocolo masónico. Se realizaron tres lecturas. Una para explicar la simbología del Templo, otra para hablar de la fraternidad y la libertad, y la última centrada en la Constitución de 1812 y la aportación masónica e iberoamericana en la redacción del texto.
Fraternidad
«¿Qué es la fraternidad?, hermano vigilante segundo». Y éste respondió: «Muy sencillo, venerable maestro, la fraternidad es la unión de la familia». De este modo, entre preguntas sobre valores morales y lecturas filosóficas fue desarrollándose el acto hasta llegar a su punto final con el paso del cepillo, que ayer estaba destinado a un convento de Jerez, y el hermanamiento de los presentes a través de la unión de las manos.
La masonería continúa siendo algo tan desconocido como exótico para la mayoría. Con el acto de ayer, se intentó acercar a todos los presentes sus objetivos, centrados en la fraternidad.
El término masón viene del francés maçon, que significa albañil. Eran los antiguos picapedreros o constructores de catedrales que se juntaban por gremios. En 1711 dos pastores protestantes hacen las primeras constituciones masónicas en Inglaterra y deciden que en lugar de hablar de Jesucristo o la Virgen María, ya que eran protestantes y no es una sociedad religiosa, decidieron llamar al ser supremo el Gran Arquitecto del Universo en lugar de Dios, Alá o Yahvé.
«Para ser masón hay que creer en Dios, no importa si se es católico o se es, por ejemplo, protestante. Somos una sociedad filosófica y filantrópica, no religiosa, puesto que hacemos obras de beneficencia, que es una obligación y debe ser reservada». Con esta sencilla explicación, Luis Montes intentó acercar a todos los presentes la filosofía de la masonería, que, según explicó, se centra en la defensa de los valores de la libertad, la igualdad y la fraternidad. Pero entrar en la masonería no es fácil y mucho menos para las mujeres que aún no están admitidas. A pesar de ello, Montes dejó claro que hay logias que no pertenecen a la Masonería Regular, que admiten mujeres exclusivamente, y otras que son mixtas, aunque él se mostró defensor de no admitir las logias mixtas, ya que va en contra de la ordenanza firmada en 1712.
Fuente: DIARIO LA VOZ DIGITAL
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