ALICANTE. Desde hace unas unas semanas, los 28 miembros de la Logia Constante Alona de Alicante, adscrita a la Logia del Gran Oriente de Francia (GODF) disponen de un nuevo templo en propiedad en la capital donde mantener sus «tenidas» (reuniones). El anterior fue clausurado por las tropas franquistas hace 60 años.A pesar de que la palabra templo pueda evocar lujo y grandiosidad, el lugar es sencillo, aunque repleto de simbología, que evoca a sus orígenes en los constructores de catedrales medievales. Presidiendo, el signo masónico por excelencia: la escuadra y el compás. «Con ellos el albañil construye la pared vertical», explica el consejero de la Orden del Gran Oriente de Francia, Aimé Battaglia, venido de París para la inauguración del centro, ante la atenta mirada de Rafael García, uno de los citados 28 miembros del grupo en Alicante que hace de anfitrión con su superior. Las baldosas del suelo de dos colores símbolizan la dualidad y recuerdan que «nada es absoluto». Sobre él, unas piedras: «un masón es como una piedra que debe tallarse a sí mismo con el martillo y el cincel». En el otro extremo, una figura cúbica simboliza al masón perfecto. «La masonería es un camino a la perfección que nunca se alcanza, lo importante es el camino y no la meta». El triángulo es la figura del equilibrio. Unas esculturas de Atenea, que simboliza la sabiduría, de Hércules, la fuerza, y de Venus, la belleza, más los signos zodiacales, el sol y la luna son algunos de los objetos de la sala.Quizás desconocidos, pero no secretos. A los masones les gusta más reconocerse como discretos, pero sobre todo se consideran «personas normales con inquietudes intelectuales». «Es una asociación democrática de reflexión sobre la sociedad». El desconocimiento existente ha hecho que algunos los relacionen con sectas. No es así. dice Battaglia: «En la masonería es muy dificil entrar y muy fácil salir, todo lo contarrio que ocurre en las sectas». Legalmente, las logias están inscritas como asociaciones culturales, aunque no siempre fue así.En España, tras la aprobación de la Constitución de 1978, fue necesaria una sentencia del Tribunal Supremo para permitir la inscripción de la masonería en el Registro nacional de Asociaciones en 1979. Durante el franquismo fue prohibida y sus miembros perseguidos y condenados a muerte. En la masonería «se defiende la libertad individual de pensamiento y eso no puede aceptarlo un dictador».En la actualidad, los hermanos masones quieren acercar este modo de vivir a la sociedad y «liberarla de estereotipos e invenciones», así como difundir su «labor solidaria», según explican los miembros de la logia alicantina.Reunión con SarkozySi bien en España la masonería sigue considerándose, por una gran parte de ciudadanos, como una sociedad misteriosa, en otros países europeos, sobre todo en Francia, gozan de gran prestigio. En este sentido, Battaglia explica que han tenido contactos con políticos galos, incluido el presidente de la república Nicolás Sarkozy. También con el presidente de la Comisión Europea, José Manuel Durao Barroso. «No somos tan secretos, como algunos creen». Así, defienden que ideas masónicas como la contracepción o la abolición de la pena de muerte, por ejemplo, han sido adoptadas posteriormente por la sociedad.Los francmasones alicantinos se encuentran inmersos en un proyecto de exteriorización acorde con sus reflexiones. Así, por ejemplo, están colaborando con centros de enseñanza de la ciudad para la integración de alumnos inmigrantes en el sistema escolar. Y es que la educación es uno de los pilares fundamentales de la masonería. A este respecto, el GODF está trabajando en un gran proyecto, llamado «la escuela republicana del futuro». Según explica, Battaglia, «hoy las escuelas públicas europeas están atrasadas y han perdido mucho porque la gente tiene problemas que antes no tenían». Por ello, estudian cómo organizar y conseguir la «escuela pública ideal», adaptándola a las circunstancias de cada país. «Ahora hay un gran problema con la inmigración», indica.Si éste es uno de los principales temas sobre los que reflexionan los masones en sus «tenidas», también lo son el reparto de la riqueza, identidad del inmigrante, la diversidad y libertad religiosa, sobre la situación del pueblo armenio. los próximos juegos olímpicos de China, el conflicto de Darfur o la amistad entre los pueblos. «Sí que se habla de política, aunque no somos partidistas».Intelectualmente «curiosos», los masones quieren difundir su labor solidaria y que dejen de considerarles una sociedad tabú, señala el consejero de la Orden del Gran Oriente de Francia, Aimée BattagliaRafael García, uno de los 28 miembros de la Logia en Alicante, en el nuevo templo.
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