Todos saben que en nuestra ciudad existe una red de túneles que atraviesan el microcentro. Esto fue descubierto cabalmente en 1989, con el derrumbe de uno de los sótanos en terrenos del Supermercados Quijote, que durante algunos días fueron la principal atracción para los rafaelinos. Muchas teorías rodean a esta misteriosa red que se extiende hasta límites desconocidos, y algunas de ellas la vinculan a los masones, señalando que los miembros de estas logias los habrían utilizado para supuestas reuniones secretas. Infeld analiza el caso y brinda una contundente respuesta historiográfica, señalando que no existen documentos que vinculen a los dos fenómenos, asegurando que “sería muy temerario relacionar los túneles con los masones”.
“En referencia a los túneles, me parece que hay que hacer una investigación arqueológica exhaustiva – explica el historiador- para determinar de qué se tratan esos túneles para poder avanzar en algún tipo de especulación más firme. Hasta ahora sólo sabemos que existen, pero no tenemos ninguna documentación que los relaciones con la masonería en particular. Donde había grandes almacenes, comedores, hoteles, generalmente en torno a las plazas de los pueblos, estos edificios tenían grandes sótanos con dos o tres habitaciones subterráneas. Era algo común en la época, pero si eso a su vez estaba unido por una red de túneles, y que esto tenga que algo que ver con la masonería, es algo que presenta muchas dudas. la masonería no era perseguida en esos tiempos, tenían de su lado presidentes, gobernadores, concejales, intendentes. ¿Cuál sería el sentido de crear túneles subterráneos?”.
- ¿Qué es necesario para descubrir la verdadera función de los túneles?
- Aquí falta muchísima investigación arqueológica, el estudio de los restos materiales, y documentación que lo encadene con algún tipo de hipótesis. En las ciudades puertos había túneles para esconderse de los ataques piratas, y en Buenos Aires en particular servía para el contrabando, ya que ese puerto estaba cerrado oficialmente por los españoles. También donde hubo jesuitas había túneles, lo que se puede ver claramente en Córdoba. Donde hubo postas de carretas, como en el sur de Santa Fe, había sótanos y túneles, porque allí paraban los viajeros y estaban expuestos a los ataques indígenas. Pero cuando comienza a construirse en pueblo Rafaela, no había ninguno de estos peligros ni situaciones: ni piratas, ni indios, ni contrabando.
De todos modos, existía la necesidad de depositar la cosecha, ropa alimentos, para grandes familias y grandes comercios, y al no haber sistemas artificiales de refrigeración, era vital conservar la comida en un lugar fresco y seguro. Debajo de los almacenes Ripamonti había hasta mesas de billar en sus sótanos, inclusive no se descarta que se utilicen para actividades de juego clandestino. Ya en los años ’50 aparecieron pruebas de la existencia de estos grandes sótanos en estos almacenes.
A nivel historiográfico, sería muy temerario relacionar los túneles con los masones. Es indispensable el aporte de la arqueología para dilucidar esta problemática histórica. También se precisaría documentación que respalde un vínculo entre túneles y masonería.
Fuente: rafaela.com
2 comentarios:
Hola, muy interesante el post, muchos saludos desde Chile!
esto es muy misterioso y ala vez apasionante creo que nos estan ocultando algo talvez algun pasado oscuro de nuestra sociedad que todos tenemos curiosidad y derecho a saver...talvez recuperando algunos tuneles se podrian utilizar como atractivo turistico estaria buenisimo...aguante mago de oz desde rafaela
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