Miembros de esa confraternidad universal conmemoraran el Día de la Masonería el 28 de marzo, fecha del nacimiento de Don Francisco de Miranda, a quien consideran el padre de la masonería hispanoamericana
El ex Venerable Maestro, José Antonio Lanz Malavé, durante la lectura de su pieza oratoria
Pablo Thomas Rodríguez Ayer sábado la confraternidad masónica de Ciudad Bolívar conmemoró los 256 años del nacimiento de Francisco de Miranda, a quien consideran como el hijo mayor de Venezuela y padre de la masonería hispanoamericana. El acto se llevó a cabo en la plaza Miranda, donde colocaron una corona de flores naturales ante la estatua del Generalísimo, para luego dar paso al licenciado José Antonio Lanz Malavé, ex Venerable Maestro de la Respetable Logia Congreso de Angostura número 224, quien fue el Orador de Orden. Como se sabe Francisco de Miranda, en su peregrinar por el mundo vivió en la masonería, en su sistema humanista, en el secreto de reuniones en las palabras signos y tocamientos, un sistema eficaz para trabajar por la Emancipación de América, por la libertad y la justicia de los pueblos. Por lo que el Orador de Orden dijo que Miranda significó, significa y significará en la conciencia de América, entre los masones, ejemplo vivo de dignidad ciudadana y del más fiel cumplimiento de una de sus promesas primarias y cotidianas, los trabajos en la Logia: “eterna hostilidad y repudio hacia cualquier forma de tiranía y tiranos sobre la mente del hombre”. Lanz Malavé en su intervención presentó un semblante de la vida y obra de Sebastian Francisco de Miranda, desde el inicio de su carrera militar, sus peregrinaje por el mundo, como Cuba, Marruecos, Islas Británicas, Bahamas, Estados Unidos, Jamaica, Asia Menor, Rusia y Francia, donde toma participación en la Revolución Francesa, donde fue nombrado Mariscal de Campo y segundo Jefe del Norte. “Es necesario comprender y admirar a Francisco de Miranda, analizar su vida y sus obras con más sentido de responsabilidad histórica. Es propicia la ocasión para reafirmar una vez más nuestra voluntad de recoger la inmensa herencia moral que ha dejado en cada uno de nosotros, es nuestra imperativa obligación continuar los ideales de libertad, fraternidad e igualdad, profesando el amor fraternal entre hermanos y como hermanos”, sentenció el Orador de Orden. Sobre la interrogante que siempre se hacen las personas que no conocen la misión de la masonería, recalcó que la misma es una sociedad de hombres libres de buenas costumbres, unidos con un fin, la defensa de la inteligencia del hombre, pues la misma es una asociación de hombres de todas las condiciones económicas y de todos los grados de cultura a quienes les une el deseo de alcanzar un desarrollo, una evolución más allá de sus personalidades internas, un dominio más perfecto de si mismo. Una afirmación de sus condiciones, una ubicación más sutil que sus facultades intelectuales y un sembrado espíritu de admiración de servicio hacia sus semejantes.
El ex Venerable Maestro, José Antonio Lanz Malavé, durante la lectura de su pieza oratoria
Pablo Thomas Rodríguez Ayer sábado la confraternidad masónica de Ciudad Bolívar conmemoró los 256 años del nacimiento de Francisco de Miranda, a quien consideran como el hijo mayor de Venezuela y padre de la masonería hispanoamericana. El acto se llevó a cabo en la plaza Miranda, donde colocaron una corona de flores naturales ante la estatua del Generalísimo, para luego dar paso al licenciado José Antonio Lanz Malavé, ex Venerable Maestro de la Respetable Logia Congreso de Angostura número 224, quien fue el Orador de Orden. Como se sabe Francisco de Miranda, en su peregrinar por el mundo vivió en la masonería, en su sistema humanista, en el secreto de reuniones en las palabras signos y tocamientos, un sistema eficaz para trabajar por la Emancipación de América, por la libertad y la justicia de los pueblos. Por lo que el Orador de Orden dijo que Miranda significó, significa y significará en la conciencia de América, entre los masones, ejemplo vivo de dignidad ciudadana y del más fiel cumplimiento de una de sus promesas primarias y cotidianas, los trabajos en la Logia: “eterna hostilidad y repudio hacia cualquier forma de tiranía y tiranos sobre la mente del hombre”. Lanz Malavé en su intervención presentó un semblante de la vida y obra de Sebastian Francisco de Miranda, desde el inicio de su carrera militar, sus peregrinaje por el mundo, como Cuba, Marruecos, Islas Británicas, Bahamas, Estados Unidos, Jamaica, Asia Menor, Rusia y Francia, donde toma participación en la Revolución Francesa, donde fue nombrado Mariscal de Campo y segundo Jefe del Norte. “Es necesario comprender y admirar a Francisco de Miranda, analizar su vida y sus obras con más sentido de responsabilidad histórica. Es propicia la ocasión para reafirmar una vez más nuestra voluntad de recoger la inmensa herencia moral que ha dejado en cada uno de nosotros, es nuestra imperativa obligación continuar los ideales de libertad, fraternidad e igualdad, profesando el amor fraternal entre hermanos y como hermanos”, sentenció el Orador de Orden. Sobre la interrogante que siempre se hacen las personas que no conocen la misión de la masonería, recalcó que la misma es una sociedad de hombres libres de buenas costumbres, unidos con un fin, la defensa de la inteligencia del hombre, pues la misma es una asociación de hombres de todas las condiciones económicas y de todos los grados de cultura a quienes les une el deseo de alcanzar un desarrollo, una evolución más allá de sus personalidades internas, un dominio más perfecto de si mismo. Una afirmación de sus condiciones, una ubicación más sutil que sus facultades intelectuales y un sembrado espíritu de admiración de servicio hacia sus semejantes.
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